MÚSICO DE JANIS JOPLIN LLEGA A COATZACOALCOS
Un famoso trompetista que tocó con Santana y con Tito Puente llegó de imprevisto a un bar de la ciudad; esta es la anécdota para la Historia
/ JORGE CÁCERES /
Coatzacoalcos
Ninguno de los que estaban al interior del Bar Michelandia en Coatzacoalcos sabía de quién se trataba ese sujeto: un adulto canoso, muy delgado, cabellose largos plateados y chaparro, de alrededor 1.60 mts, que -junto con una mujer-se había metido al establecimiento para ordenar unos tragos.
De inmediato sorprendieron, como si una misteriosa aura atrajera su atención: «Desde que ingresaron, supen que no eran de aquí», dijo uno de los clientes que esa noche tomaba un Ron blanco Bacardi, con cola, en aquel bar ubicado en Abasolo y Juventino Rosas, a unos metros del malecón.
Michelandia es una cantinita coqueta de Coatzacoalcos, muy famosa por los azulitos que ofrece a su clientela y que se ha convertido ya en un ícono de la ciudad. Todos acuden por la típica y rica michelada, pero hasta hace unos meses, nadie suponía que aquel martes por la noche, ese misterioso personaje iría a tomar unos mezcales y vodka con naranjada.
Fue una noche calurosa del 4 de junio del 2024 en Coatzacoalcos cuando el adulto mayor canoso -acompañado de una mujer desconocida- habían descendido de su automóvil Mercedes Benz tipo Maybach, color azul oscuro (lujoso pero ya modelo de años anteriores) para ingresar a Michelandia luego de cargar gasolina.
El enigmático personaje de 88 años de edad iba vestido con bermudas, sandalias, camisa blanca muy al estilo playero, largos cabellos canosos, su atuendo muy del trópico pero impregnado de un aroma que revelaba que le gustaban los perfumes finos, caros.
Empezaron a tomar mezcales.
«Nos dimos cuenta de que no eran de aquí y que venían de un trayecto carretero», dice un cliente de Michelandia. «Después de un rato, empezaron a convivir, a unirse al ambiente. Le saqué plática. Me comentó que era músico trompetista. Dijo que era texano, americano, pero que vivía en Mahahual en el Caribe mexicano y que regresaba de dar un concierto en el Bajío. Que iba de regreso a su casa», mencionó el testigo.
El testigo dio unos tragos más a su Bacacho con Cocacola. La plática era muy amena hasta que el músico le dijo: «Pon unos videos… anda, pon música de Janis Joplin».
-«Sí claro, el cliente lo que pida».-le respondió quien sería su nuevo compañero de cantina.
– «Ese soy yo»- dijo el músico, señalando el televisor con volumen alto musical. En la pantalla lucía Janis Joplin cantando con un músico trompetista, en pleno concierto de Woodstock del 69.
Fue entonces que el compañero dejó de tomar su ron con cola. Abandonó el vaso. Se quitó los lentes y miró fijamente el televisor.
– ¿Me estás diciendo que tú, tocaste con Janis Joplin, una de las mejores cantantes del rock… y que tocaste en el Festival Woodstock, el mejor concierto de todos los tiempos?- le dijo. Sus ojos parecían salirse de sus cuencas. El hielo ya se había hecho agua en su vaso con ron.
– «Claro. No solo con ella sino también con Santana. Ese día toqué en dos conciertos. Pero también he tocado con Pérez Prado y Tito Puente. Mi nombre es Luis Gasca y soy músico».- respondió.
Fue precisamente en ese instante en que la fiesta reventó en Michelandia. Vinieron los «salud», el choque de copas. Estuvieron viendo todos los videos donde salía el trumpetista Luis Gasca acompañado de Janis Joplin y de Carlos Santana. Todo era felicidad, tanta nostalgia, tantos buenos recuerdos. La memoria develada.
El Festival de Woodstock en 1969 fue más que un concierto: fue un acontecimiento social, político y musical que cambió la cultura por siempre. Celebrado en Bethel, Nueva York, aglomeró más de 500 mil espectadores. Era la época hippie, la ola de protestas por la guerra en Vietnam. El ácido, el LSD, la cannabis, el sexo desenfrenado. El amor libre, liberal, otros dicen, libertinaje.
Lo que más llamó la atención de la gerente que servía los tragos y de los clientes aquella noche en Michelandia fueron las imágenes de Luis Gasca bajando del helicóptero del Ejército estadounidense, los Bell UH-1 Iroquois,conocidos popularmente como «Hueys», acompañado siempre de Janis Joplin y de Santana. Jimy Hendrix y Joe Cocker también usarían esas aeronaves.
«Comentó que necesariamente pasaba por Coatzacoalcos en cada viaje, porque no le gustaba viajar en avión debido a un accidente. Prefiere viajar por carretera», narró el testigo. «Luis Gasca se portó muy amigable, un hombre muy sencillo, muy talentoso… incluso sacó su trompeta y empezó a tocar algunas melodías».
«No lo podía creer. Estaba yo sentado tomándome un trago con un sobreviviente de Woodstock, un protagonista de Woodstock, para mí fue muy importante, fue toda una experiencia», añadió al reportero.
Luis Gasca es un músico virtuoso, profesional, comenzó a tocar en San Francisco, California, con Carlos Santana, participó en el álbum debut de Janis Joplin, además de tocar junto a Grateful Dead y Jefferson Airplane. Es hijo de migrantes mexicanos, nació en 1940 en Houston,Texas- estudió en Berklee College of Music de Boston, tocó con bandas de Stan Kenton y Mongo Santamaria, entre otros. Para 1968, su creciente reputación lo llevó a realizar su primera grabación como solista y líder, The Little Giant. Su ritmo latino, él lo define como «rock tropical» o «jazz latino».
Después de la convivencia, de compartir anécdotas. Se tomó varias fotos con los nuevos amigos, incluso repartió autógrafos. Después de más de 4 tragos de mezcal y vodka, la pareja se dirigió al Hotel Careyes, ahí pasarían la noche para partir muy temprano rumbo a Mahahual.
«Fue una gran anécdota y me la quedo como algo muy agradable para mí», dijo el testigo, que reveló este encuentro.
¿Volvería a regresar Luis Gasca a Coatzacoalcos para compartir alcoholes con sus nuevos amigos en Michelandia? «Maybe, maybe, maybe, maybe, yeah» como dice Janis Joplin en su canción «Maybe, maybe, maybe, maybe, maybe, dear.. I guess I might have done something wrong, Honey, I’d be glad to admit it
Ooh, come on home to me».
Michelandia en Coatzacoalcos te espera, sus puertas están abiertas para ti y todos los corazones nostálgicos y solitarios de la ciudad. Porque en esta vida hay recuerdos no se van, hay melancolías que se quedan y saben mejor con cerveza.